Novena de Navidad 2023

Novena navidad2

ORACIÓN INICIAL

Para todos los días.

Señor Jesucristo, pan vivo bajado del cielo: Mira al pueblo de tu corazón que hoy te alaba, te adora y te bendice.

Tú que nos reúnes alrededor de tu mesa para alimentarnos con tu Cuerpo, haz que superando toda división, odio y egoísmo, nos unamos como verdaderos hermanos, hijos del Padre Celestial.

Envíanos tu espíritu de amor, para que buscando caminos de fraternidad: paz, diálogo y perdón, colaboremos para sanar las heridas del mundo. Amén.

 

DÍA 9

24 de diciembre

Evangelio según san Mateo (2, 4-7)

José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada.

 

REFLEXIÓN

San Lucas nos narra el cumplimiento de la promesa de Dios de habitar entre nosotros. Su nacimiento tiene lugar en un pequeño pueblo, en Belén de Judá, en unas condiciones muy difíciles para María, debido a las normas de pureza que se observaban rigurosamente para no poner en riesgo las tradiciones de su época.

El hijo de Dios, de este modo, nace en medio del silencio y de la insignificancia de la vida, pero que, luego, nos va revelando el amor y la cercanía de su Padre, la presencia del Espíritu Santo y de una manera especial, su deseo y decisión de hacerse pan para nosotros.

Con la entrega de su cuerpo y sangre en la cruz y, de una manera anticipada, en la institución de la Eucaristía en la última cena, derriba de una vez para siempre los muros de la violencia que nos separan y enfrentan, y nos transforma en hermanos, en amigos y compañeros de camino. Su cuerpo y sangre, de este modo, son capaces de curar las heridas más profundas del corazón humano, hasta el punto de que podamos darnos un abrazo de reconciliación y de paz.

El nacimiento y la pascua, entonces, nos muestran la inmensidad de su amor irrevocable que se hace comida y bebida. Pero, así como Jesús, nacido en medio de la sencillez y de la marginalidad, fue reconocido por los pobres con un corazón grande y abierto, en la eucaristía, en el pan sencillo y frágil, podrá ser reconocido por aquellos que se acerquen a alimentarse con un corazón agradecido y sediento del amor infinito de Dios.

¡FELIZ NAVIDAD!

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ORACIÓN FINAL

Para todos los días.

Un Hijo se nos ha dado. Eres tú, Jesús, el Hijo que me hace hijo. Me amas como soy, no como yo me creo que soy; yo lo sé.

Al abrazarte, Niño del pesebre, abrazo de nuevo mi vida. Acogiéndote, Pan de vida, también yo quiero entregar mi vida. Tú que me salvas, enséñame a servir.

Tú que no me dejas solo, ayúdame a consolar a tus hermanos, porque -Tú sabes- desde esta noche todos son mis hermanos. Amén.

 

Padre Nuestro...

Ave María...

Gloria...

 

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